Acabo de volver de vacaciones: una semana y media de desconexión, playita, relax, gastronomía, turismo, caminatas, etc… (no te lo cuento por fardar, sino para ponerte en antecedentes..je,je,je) Y ahora toca volver a la ¿rutina?

¿Pero existe la rutina? ¿Qué es la rutina?

Según la RAE la definición de rutina es:

1.f. Costumbre o hábito adquirido de hacer las cosas por mera práctica y de manera más o menos automática.

2.f. Secuencia invariable de instrucciones que forma parte de un programa y se puede utilizar repetidamente.

¿Te suena?

Habitualmente transformamos (y si, somos nosotros los que lo hacemos) nuestros días en rutina. Nos acostumbramos a hacer las cosas por mera práctica y de manera más o menos automática.

Por ejemplo: ¿Te has dado cuenta de tu ducha de hoy? Sí, sí, tu ducha de hoy. ¿Has sido consciente de la misma, has sentido el agua caliente cayendo sobre tu piel, has disfrutado del olor delicioso de tu gel, has prestado atención a la sensación tan placentera de ducharte para activarte y comenzar el día? ¿Y has sido consciente de que eres de los pocos en este planeta que tiene ese privilegio? ¿Te has dado cuenta de todo esto?  O ¿simplemente ha sido una rutina? ¿Algo automático, algo que haces mientras piensas en el «idiota» de tu jefe, en el «mal rollo» que ahora tienes con algún compañero al que vas a tener que ver «la jeta» en un rato, en el día de estrés que te espera, en el aburrimiento de día que te espera, en tus problemas de pareja, etc…?  Pensar en todo esto continuamente sí es una rutina ¡qué pereza!

¿Y así con cuantas cosas más al cabo del día? ¿En tu camino al trabajo? ¿En el tiempo que pasas en tu trabajo? ¿En tus comidas? ¿En tus relaciones? ¿En tus cafés? ¿Realmente disfrutas, lo vives, te apasionas? ¿Te entregas en cada momento? ¿Lo das todo en tu día a día?   ¿O simplemente todo pasa de manera rutinaria?

«La vida no se mide por las veces que respiras, sino por los momentos que te dejan sin aliento».

Tú puedes adueñarte, tú puedes hacer que cada día existan un montón de esos momentos que te dejan sin aliento.  La ducha, tu camino hasta el trabajo, las relaciones con tus compañeros, tu comida, tus actividades, tus hijos, la relación con tu pareja, disfrutar de tu casa, los momentos de relax, todo puede ser especial y diferente. Solo tienes que limpiar tus gafas y empezar a mirar con otros ojos.  Como cuando eras un niño. Solo tienes que recordarlo, porque ya estaba en ti.

«La vida es una obra de teatro que no permite ensayos. Por eso, canta, ríe, baila, llora y vive intensamente cada momento de tu vida antes de que el telón baje y la obra termine sin aplausos».  Charles Chaplin.

Aprovecha cada día para salir de la rutina, pruébalo, vive intensamente, apasiónate y a ver qué pasa. ¡Sé como un niño inocente que se asombra y disfruta con todo!

Cada mañana, mientras camino rumbo a mi trabajo, me encuentro con este peregrino mirando hacia el Hostal de San Marcos (es el de la foto de arriba por si no lo conoces). Día tras tras día, ahí está, inmóvil, con la misma cara de admiración y asombro. ¡Me encanta! Procuro aprender de el y copiarle. Sería un pecado pasar cada mañana por ese sitio y convertirlo en una rutina.

¡Qué gran maestro!  ¿No crees?

¿Y tú, de qué te vas a asombrar hoy? ¿Y qué vas a dejar de hacer como una rutina, de manera automática y vas a empezar a hacer desde el disfrute personal?

                                                          Te animo a que dejes aquí debajo tus comentarios.

 

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