En este post quiero compartirte un texto del libro de Eckhart Tolle, «Un nuevo mundo, AHORA». Es un libro de los que yo llamo de «mesilla», lo tengo siempre a mano para leerlo y releerlo. Es muy inspirador para mí.
Aquí va:
EL EGO Y LA FAMA
«El conocido fenómeno de «dejar caer nombres», la mención como de pasada de gente que conoces, forma parte de la estrategia del ego para adquirir una identidad superior a los ojos de los demás y, por tanto, a sus propios ojos, por asociación con alguien «importante». La maldición de ser famoso en este mundo es que lo que eres queda totalmente eclipsado por una imagen mental colectiva. Casi todas las personas con las que te encuentras quieren realzar su identidad -la imagen mental de lo que son- por asociación contigo. Es posible que ni ellos mismos sepan que tú no les interesas nada, que solo les interesa reforzar su ficticia sensación del yo. Creen que por medio de alguien famoso pueden ser más. Pretenden completarse a sí mismos por su intermedio, o más bien por medio de la imagen mental que tienen de él como persona famosa, una identidad conceptual colectiva más grande de lo normal.
La absurda sobrevaloración de la fama es una de las muchas manifestaciones de la locura egótica en nuestro mundo. Algunas personas famosas caen en el mismo error y se identifican con la ficción colectiva, la imagen de ellas que el público y los medios de comunicación han creado, y empiezan a verse a sí mismas como superiores a los mortales ordinarios. Como consecuencia, se distancian cada vez más de sí mismas y los demás, se vuelven cada vez más infelices, cada vez más dependientes de su continua popularidad. Rodeadas solo por personas que alimentan su imagen inflada por el ego, se vuelven incapaces de mantener relaciones auténticas.
Albert Einstein, que era admirado y considerado casi sobrehumano, y cuyo destino era convertirse en una de las personas más famosas del planeta, nunca se identificó con la imagen de él que la mente colectiva había creado. Siguió siendo humilde, sin ego. De hecho, hablaba de una «grotesca contradicción entre lo que la gente considera que son mis logros y capacidades y la realidad de quién soy y de lo que soy capaz».
Por eso, es difícil que una persona famosa entable una relación auténtica con otros. Una relación auténtica es la que no está dominada por el ego, con su fabricación de imágenes y su búsqueda del propio yo. En una relación auténtica hay un flujo hacia afuera de atención manifiesta y alerta hacia la otra persona, en la que no hay ningún deseo. Esa atención alerta es la Presencia. Es el requisito previo para toda relación auténtica. El ego siempre desea algo, y si cree que no puede obtener nada del otro se mantiene en un estado de completa indiferencia. Tú no le importas. Y así, los tres estados predominantes de las relaciones egóticas son: el deseo, el deseo frustrado (ira, resentimiento, acusación, quejas) y la indiferencia».
¿No te parece genial? ¿Cuántas veces has hecho lo que dice el texto? ¿Cuántas veces pronuncias nombres, lugares en los que has estado, cosas que has hecho no por el mero hecho de compartir sino con la intención de reforzar tu ego y tu personaje y encima te sientes orgulloso de ello? Muchas… ¿verdad? ja,ja,ja… tranquilo/a, no eres el único. Te confieso que yo caigo en ello de vez en cuando y cuando me doy cuenta me río mucho de mí misma. ¿No me digas que no es ridículo y a la vez divertido?
Te sigo haciendo preguntas. ¿De qué manera te relacionas con los demás? ¿Desde el deseo? ¿Desde el deseo frustado? ¿O desde la indiferencia? Haz un repaso de tus relaciones y mira a ver si puedes «meterlas» en alguno de estos tres estados.
- Deseo algo de ti y por eso me relaciono contigo.
- Como no me das lo que yo quiero ni eres como a mi me gustaría, me quejo, siento ira, me decepcionas, te acuso, me quejo…
- Como no me das lo que quiero y de nada me sirven las quejas y acusaciones, me comporto con total indiferencia. Decido que paso de todo y que así no me afecta.
¿O quizá has dado un paso más y te relacionas como el sol, que da luz y calor sin esperar nada a cambio? Ya no hay un yo interior que quiera verse reforzado o fortalecido a través de esa relación, hay un AMOR con mayúsculas. Un enfoque hacia el otro, hacia el objeto amado sin condición. Te amo a ti por ser. Y no por lo que soy a través de ti.
¡Que tipo de AMOR más bonito! Ya no te quiero cambiar, ya no quiero que seas de una manera determinada para decidir amarte, ya no te estoy demandando y queriendo cambiar, ya no pienso que eres erróneo y que hay cosas que están mal en ti… TE AMO porque ERES, porque EXISTES y porque coincidimos en esta existencia :).
Te dejo un link a un vídeo de Eckhart Tolle corto, divertido y muy inspirador en relación a todo esto que te cuento en el post:
¿Qué opinas tú al respecto? Deja tu comentario.
Me parece muy inspirador lo que has compartido. Y sí, he tenido esta sensación de querer quedar por encima del otro diciendo a todos los sitios que había visitado o las personas que conocía… También me he sentido menos que otras persona que habían hecho más cosas que yo, conocían a más gente, había lanzado más cursos… Y sí, es bastante ridículo. He de reconocer, que por suerte, cada vez me pasa me pillo menos veces con este comportamiento. Creo que solo demuestra la propia inseguridad personal. Un abrazo muy fuerte Beatriz.
Así es Isabel. Refleja nuestra necesidad de ser algo delante de los demás. Más importantes, más guapos, más inteligentes, más famosos, más exitosos, más, más, más… ¿Por qué no nos permitimos solo ser y siempre le añadimos ser algo o ser alguien?
Como bien dices, en realidad, denota inseguridad. Cuando nos permitimos SER, ya no tenemos esa necesidad de demostrar nada a nadie. ¿Lo conseguiremos en esta vida? ;). Gran abrazo querida Isabel.
Me han gustado mucho tus reflexiones Bea. Las relaciones con los demás condicionadas por nuestro ego. ¡Asunto capital! Y la metáfora del sol, muy inspiradora. Te lanzo una pregunta ¿por qué a veces alguien te cae antipático desde el principio y no consigues relacionarte con él de una forma amorosa, neutra, si cabe, al menos, pese a ser consciente de esto que tu dices? ¿no te pasa nunca? ¿acaso la química traspasa el ego y modula también las relaciones interpersonales?
Creo que es C. Jung el que dice que aquello que nos irrita de los demás es aquello que nos conduce a un mejor conocimiento y entendimiento de nosotros mismos. Eso nos señala allá donde están nuestras sombras, nos señala hacia donde tenemos que mirar. ¿Qué pasa? ¿Qué no aceptamos en los demás, qué no aceptamos en nosotros? ¿Por qué no somos capaces de amar incondicionalmente? Acumulamos una mochila y nos relacionamos con ella puesta, y el de enfrente igual. Luego así nos podemos bailar con fluidez juntos en muchos casos ;). Y me preguntas si me pasa, pues claro. Pero si me doy cuenta (que no siempre) trato de utilizarlo como una práctica de amor incondicional, como una práctica de atención plena a mis emociones, a mis pensamientos…y como una señal de algo que tengo que revisar en mi ;). ¡Súper abrazo!
Hola Bea, te saludo con mucho aprecio, te felicito y te comento sobre el tema: Me habia dado cuenta de este fenómeno pero no le había dado la importancia, sin embargo ahora que lo analizas y lo planteas de esa manera lo relaciono con gente que tiene hábitos parecidos a algunos de los míos, me ha llegado a caer mal. Es aspecto muy socorrido en mi persona y se que lo debo a aprovechar ahora que lo veo como lo planteas.
Que bueno Francisco :). Gracias por tu vulnerabilidad y compartir. Es una buena manera de «entrenarnos» en la atención plena y en cultivar un corazón amoroso y compasivo con nosotros mismos y con los demás :). ¡Adelante valiente! Un abrazo muy fuerte amigo.
Hola Beatriz, muy interesante y además práctico, lo que nos compartes en este artículo. De verdad, si que por mantenernos en el “sistema” mostramos pecho o mejor inflamos el ego, comparándonos. Sea porque creemos tener más habilidades, o más conocimiento o más posesiones que los demás como lo dice el maestro Eckart Tolle. Y esa pregunta poderosa que nos da en el vídeo:
¿Es esa la base satisfactoria para el sentido de quien eres?
Esta pregunta nos saca del sistema comparativo, de sentirnos más o sentirnos menos.
Y esa pregunta nos mantiene en la búsqueda de lo esencial o del Ser, no es algo que sólo aparece si somos “muy religiosos” o no. Creo que es cuestión de estar centrados, reconocer la grandeza de un Ser superior y tener gratitud por la la vida misma.
Abrazos desde Colombia
Que bueno lo que dices amigo: «Creo que es cuestión de estar centrados, reconocer la grandeza de un Ser superior y tener gratitud por la vida misma»… Wow.., palabras que encierran toda una filosofía de vida. GRACIAS por tu aporte y pasarte por el blog. ¡Es un placer leer tus reflexiones! Recibidos los abrazos y te los devuelvo ;).