En el anterior post te prometí que iba a seguir hablándote de las necesidades humanas
según el “Coaching de intervención estratégica” y de los vehículos que utilizamos
para cubrirlas. (Es una formación que estoy realizando actualmente, que me está
entusiasmando y aportando muy buenas herramientas de crecimiento).
Ok, a las necesidades. Desde esta disciplina existen seis necesidades básicas que todo
ser humano tiene, necesidades que cubrimos mediante nuestras acciones y hábitos.
A las cuatro primeras se las llama necesidades básicas y son la seguridad, la variedad,
la importancia y el amor/conexión. A las dos siguientes se las llama necesidades
espirituales y son el crecimiento y la contribución.
En el anterior post te hablé de una de ellas, de la variedad y de los vehículos que
utilizamos para cubrirla. ¿Ya tienes fichados todos tus vehículos? ¿Ya tienes
identificados los hábitos, acciones, cosas que haces para tener sensación de variedad?
En esta te voy a hablar sobre la necesidad de seguridad.
Todos queremos sentirnos seguros, queremos evitar el dolor, el sufrimiento y sentirnos
cómodos en nuestro entorno. Necesitamos tener sensación de que nuestra vida es
segura, que tenemos comida, techo y afecto.
Por supuesto, cada persona en mayor o menor medida.
Hay gente que necesite mucha seguridad y que no estaría dispuesta jamás de los jamases
a hacer determinadas cosas y otras que lo contrario.
Muchas veces queremos tener variedad en nuestra vida, queremos hacer cosas
diferentes, tener nuevas experiencias, arriesgar, lanzarnos a algo, pero tenemos una
necesidad de seguridad de fondo tan grande que nos paraliza e impide hacer nada
nuevo.
Por todo ello es esclarecedor conocer nuestra jerarquía de necesidades. ¿Cómo
ordenarías tú esas seis necesidades? No me refiero a lo que te gustaría, sino a lo que
haces operativamente en tu día a día. ¿A qué das prioridad?
Pregúntate lo siguiente: ¿Prefieres tener amor o conexión con las personas aunque eso
implique riesgos? ¿O dices mejor solo que mal acompañado? ¿Prefieres contribuir
aunque te suponga exponerte y hacerlo mal? ¿Te gusta crecer y avanzar, o prefieres
quedarte donde estás y no moverte mucho? ¿Suscribes el dicho más vale malo
conocido que bueno por conocer? ¿O eres de los que piensan que lo mejor está por
llegar? ¿Necesitas hacer muchas cosas diferentes cada día? ¿O te agobia tener muchas
tareas?
No tienes que juzgarte, no está bien ni mal…simplemente son tus necesidades actuales
y es la foto de tu momento presente. Muchas veces, el orden no es nuestro, lo hemos
heredado, nos ha venido impuesto, o lo hemos establecido así para protegernos, para
prevenirnos de algo, para no sufrir, etc. Cuando esto sucede, suele haber conflictos en
nuestra vida, porque lo que queremos no coincide con lo que hacemos. De ahí la
importancia de conocer tus necesidades reales, aquellas que tu corazón demanda.
La comida, el tabaco, las drogas, el alcohol, rezar, la fé, la espiritualidad, el trabajo, las
rutinas, los hijos, la pareja… son algunos ejemplos de los vehículos que utilizamos para
cubrir nuestra necesidad de seguridad, pero hay muchos más. ¿Cuáles dirías que son los
tuyos? ¿Qué es lo que haces en tu vida para tener sensación de seguridad? Y esos
vehículos que utilizas, ¿son buenos para ti? ¿Son buenos para los demás? ¿Y son
sostenibles en el tiempo?
Para el próximo mes te cuento un poco más acerca de estos vehículos y de otra de
nuestras necesidades, así vas haciendo tu puzzle, hasta que todas las piezas encajen.
Un fuerte abrazo.