Hace unos días encontré en una conocida red social esta foto con mensaje “Los pájaros nacidos en una jaula creen que volar es una enfermedad”, la firmaba Alejandro Jodorowsky.

¿Qué te dice? ¿Con qué tipo de pájaro te identificas tú?

¿Eres de los pájaros que vuelan fuera de la jaula y a los que ven como enfermos? ¿Has tenido alguna vez esa sensación de ser “raro”, esa sensación de sentir que los demás no comprenden tu mundo, esa sensación de que todos te juzgan por lo que tú crees que es la manera correcta de “funcionar” y que los demás no entienden?  ¿Te sientes fuera de lugar durante la mayor parte de tu tiempo?

¿O te pasas la vida juzgando a los pájaros que vuelan mientras tú sigues en tu jaula y crees que están “pirados”, enfermos? ¿Vives encasillado en creencias que tomas como ciertas y no sales de ahí?  ¿Crees que tu jaula es el mejor sitio para vivir y pasas de salir y explorar otros mundos?

¿Qué tipo de pajarito eres?  ¿Cuál has escogido?  ¿Y por qué? ¿Con qué tipo de pájaro ERES, te sientes TÚ mismo?

Hasta hace poco yo seguía viviendo dentro de una jaula, porque no sabía hacerlo de otra manera (o sí en mi interior, mi interior sí sabía, pero me daba MIEDO y me quedaba en lo conocido, en lo cómodo). Nací y viví allí dentro durante 34 años, mira tú si son años seguidos haciendo lo mismo.  Eso sí, mi pajarito leía mucho sobre el exterior, imaginaba cómo sería salir allá, visualizaba, estudiaba todo lo que hay que saber sobre “lo de fuera” y cómo manejarse allí, pero no salía.   Había algo muy fuerte dentro de él que le impedía hacerlo, ese algo era miedo.  Ese algo sigue estando allí dentro, pero mi pajarito ya no se enfoca en él, sabe, es consciente de que está ahí, pero no le hace caso.  Ahora VUELA, con ese miedo dentro de él, pero VUELA.

Volar es maravilloso, hay un mundo extraordinario por descubrir, experimentar, disfrutar, aunque dé miedo. Miedo porque en el vuelo hay riesgo, miedo porque te puedes caer, porque te puedes encontrar con muchos obstáculos y dificultades, porque no es seguro, porque no es conocido, porque hay otros pajaritos con los que vas a tener que interactuar, porque hay lluvia, viento, tormentas…  -uy, uy, uy…cuántas excusas, ¿no?-.   A mi pajarito le encanta enfocarse en todo esto para justificarse y no salir.   Pero se acabó.

Ahora mismo voy a ponerme en el borde de la jaula, saltaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaar…y a VOLAR, VOLAR, VOLAR. No hay que hacer más.   Ponerse ahí, en el borde y ATREVERSE.   ATREVERSE.   ATREVERSE.    ¡¡¡Atreverse destruye tu jaula!!!!   Y si ya no hay jaula, no puedes volver a ella.

En el anterior post hablaba de la PAZ, de que estar en PAZ entre otras muchas cosas implicaba tener la sensación de estar donde quieres estar haciendo lo que quieres hacer.  Mi pajarito donde quiere estar es fuera de la jaula, experimentando, descubriendo, conociendo y compartiendo con otros pajaritos, en definitiva, VIVIENDO con mayúsculas.

Animo a tu pajarito a que VUELE, a que vuele muy alto, hasta el punto de dejar de ser pajarito y transformarse en águila, águila al que el hecho de que haya tormentas no le haga esconderse en su jaulita otra vez.

Atrévete, salta, pasa a la acción, comete todos aquellos atrevimientos que tu SER anhela, que tu ser demanda desde hace ya tiempo y que no has llevado a cabo todavía.

Un fortísimo abrazo amigo/a.

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